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LA GUARDIA CIVIL EN FUENTE-
(FERNANDO LEIVA BRIONES, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE-
PALABRAS CLAVE: Zona Roja, Guerra Chiquita, Junta de Clasificación, Tribunales Militares de Clasificación, Fuente-
SIGLAS:
RESUMEN: En este segundo trabajo relacionado con la Guardia Civil en Fuente-
(Lám 1)
LAS CASAS-
En nuestro primer trabajo, salido a la luz en enero próximo pasado, veíamos que 21 meses después de haber sido creado el Puesto en la villa (el 1-
(Lám.2)
Volvamos al siglo XIX. En el balance del año económico de 1876-
Si hasta 1900 las noticias que tenemos son parcas, en cuanto al trinomio Guardia Civil-
En Fuente Tójar, a primero de septiembre del año de mil nuevecientos; reunidos don Antonio Jaime y Ramírez, Teniente Coronel, Primer Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil , provincia de Córdoba, en nombre del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación , en concepto de arrendatario, y don Antonio Sánchez Sicilia, alcalde de esta villa, han contratado el arrendamiento de la casa número cuatro de la Calle de La Cruz , sita en esta villa por tiempo indeterminado y gratuitamente con las demás condiciones que se estamparán al dorso (…) 1ª La casa contiene cinco departamentos para igual número de individuos casados. 2ª Tiene una sala de armas y en comunicación con ella una habitación para un soltero. 3ª Tiene una cocina general, una letrina, una cuadra y un patio; como también algunas cámaras para desahogo. El arriendo del expresado edificio queda pactado entre ambos contrayentes y bajo las condiciones siguientes: 1ª Se pagará por dicha casa el alquiler de doscientas cincuenta pesetas anuales por el Ayuntamiento en la forma pactada entre éste y el dueño de la casa. 2ª El Ayuntamiento de acuerdo con el dueño de la casa queda obligado a practicar en ella todas las obras que sean necesarias por efecto de su uso natural y a reparar cuantos desperfectos ocasionen los temporales así como á verificar un blanqueo general todos los años en los meses de Abril ó Mayo y la limpieza de los pozos negros siempre que la necesidad lo exijan. 3ª Las obras que haya necesidad de practicar por derribo o maltrato de la finca serán pagados precisamente por sus moradores. 4ª El tiempo que el Ayuntamiento cede la casa gratuita al Cuerpo será mientras permanezca la fuerza del puesto en la localidad y si por alguna circunstancia hubiese necesidad de cambiar el lugar o rescindir el contrato lo avisará con dos meses de anticipación al Sr. Primer Jefe de la Comandancia. 5ª En la misma obligación queda el expresado Jefe excepto en los casos en que por disposiciones superiores tenga que salir la fuerza del puesto de la respectiva localidad bien sea para reconcentración en la Capital ó para cualquier otro servicio que exijan las circunstancias y solo por estas causas quedará nulo este contrato desde que aquella salga de la población y deje completamente desalojada la casa. 6ª Si a pesar de esto continuasen en ella las familias de los Guardias será objeto de una resolución especial del Excelentísimo Señor Director General de Cuerpo mantener ó no vigentes las anteriores condiciones. 7ª Al ser entregada la casa al Ayuntamiento se hará con el completo de cristales, ventanas, cerraduras y llaves en cuya forma lo recibirá también el Cuerpo una vez que este documento merezca la superior aprobación. Este contrato tendrá el mismo valor que si fuera escritura pública. Y para que conste lo firman ambas partes en la Villa de Fuente-
A ese contrato le siguió otro, que fue aprobado por R. O. de Gobernación con fecha 25-
Primero: El 22 de marzo de 1923, se instruyó expediente de acuartelamiento por haber sido despedida la fuerza de la Casa Cuartel y haber ofrecido el Ayuntamiento otra nueva (…) en la que efectuadas las necesarias obras de adaptación ha quedado en incomparables condiciones de ser ocupada por la fuerza, siendo, además gratuito para el Estado (EXP. 174.702, fo 1-
Segundo: Otro documento, fechado en Córdoba 3 días antes, decía: Excmo. Sr. Según me comunica el Primer Jefe de la Comandancia de Córdoba, el Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Fuente-
No obstante, 11 años después fue preciso dotar al Cuartel con nuevas dependencias por Carecer de alojamiento una pareja y haber dispuesto el traslado a otro puesto. Excmo. Señor: El Primer Jefe de la Comandancia de Córdoba de este Tercio, en escrito fecha de ayer, me da cuenta de que por el Alcalde de Fuente Tójar, de esta provincia, se ha comunicado al Capitán de la 1ª Compañía de dicha Comandancia, que en la actualidad no puede dedicar cantidad alguna para efectuar las obras necesarias en la casa-
Las obras finalizaron a los siete meses, pues el 18 de julio de 1935, DON JUAN MACHADO MARTÍNEZ, Teniente Jefe de la Línea de la Guardia Civil de Baena, en nombre y representación del Excmo. Señor Ministro de la Gobernación y DON JOSÉ MADRID MATAS, Alcalde Constitucional de la Villa de Fuente Tójar en nombre y representación de la Corporación Municipal (…) han convenido dar el segundo una casa compuesta de planta baja y dos pisos sita en la calle de la Fuente número ocho, para que la ocupe por tiempo indeterminado la fuerza del Instituto, destinada o que en lo sucesivo se destine en ella, cuya casa reúne las condiciones siguientes: Primera.-
Dos certificados periciales más, firmados dos días después, acompañaron a los anteriores documentos: Uno, extendido por don Antonio Sánchez González (Médico titular e Inspector Municipal de Sanidad) manifestando Que a requerimiento del Comandante del Puesto de la Guardia Civil he visitado los dos pabellones de nueva construcción de esta casa-
Más arriba veíamos en el contrato firmado el 18 de julio de 1935 que una de las cláusulas se refería a la gratuidad del servicio médico-
(Lám.3)
LA ACTUAL CASA-
El edificio, de tres plantas, es propiedad del Estado. En la actualidad cuenta con una dotación de un suboficial (sargento) y 6 guardias, entre ellos, una cabo (Lám. 4).
(Lám. 4)
Trámites para su construcción:
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(Lám 6)
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DEMARCACIÓN (Sería más exacto hablar de demarcaciones, ya que el territorio jurisdiccional que abarca nuestro Puesto ha variado con el tiempo)[17].
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Presencia de otros guardias civiles. Documentos probatorios:
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Bajas.-
Bebiendo de nuevo en la fuente del Archivo Parroquial, vemos que:
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Otros nombres nos han llegado debido a las intervenciones (por infracciones contra la Ley en diversos asuntos) llevadas a cabo por los guardias de los Puestos de Fuente-
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Puesto de Castil de Campos (en la calle Fuente-
Por pastoreo. En el sitio denominado El Arroyo de El Cañuelo (t. m. de Fuente-
(Lám 10)
(Lám 11)
Puesto de El Cañuelo (calle Llana, junto a la plaza Capitán Cortés. Lám. 11)
Por pastoreo: El 31-
Por usurpación de terreno: En el cortijo de Los Cerros (t. m. de Fuente-
(Lám 12)
Puesto de Zamoranos (calle Antonio Ruiz. Lám. 12)
Por pastoreo: En la Hoya Morringa (t. m. de Fuente-
Puesto de Fuente-
Por pastoreo: En La Mesa , Rafael Ruiz Arroyo (guardia 2º) intervino el 21-
Las intervenciones más comunes, lo fueron por infracciones por apacentar el ganado sin el correspondiente permiso en terrenos (amojonados o no) de rastrojeras, sotos y pastos, con la cosecha pendiente (o no) en zonas de olivar o sembrados de cereales, leguminosas o con gavillas.
El perfil de los denunciados no era uniforme. Había muleros, porqueros y porquerillos y pastores y pastorcillos, ya fuesen dueños del ganado o a sueldo (en bastantes ocasiones simplemente por la comida) con edades comprendidas entre los 5 y los 83 años[28].
Otros hechos denunciados lo fueron por hurto de animales, cereales, frutas y, sobre todo, de aceitunas[29]. Normalmente, el infractor era un individuo desempleado y sin recursos (cf. nota anterior), ya fuera espigando para sus escasas gallinas o para hacer un poco de pan, ya recogiendo leña (tomillos, raíces, tallos desechados de olivo) para calentarse o yendo por bellotas, habas, brevas, higos, almendras, granadas… con los que poder saciar el hambre de su familia, a veces numerosa, pues la mayoría de las noches sus miembros se acostaban sin poder llevarse un cacho de pan a la boca.
Las denuncias por quebrantar la Ley de Caza se produjeron por llevar perros sin tanganillo, cazar con galgos[30], a rececho, con reclamo de perdiz natural[31], en tiempo de veda, no llevar documentos, llevar armas sin licencia o con la licencia caducada, cazar conejos o liebres con cepos y a la retranca, coger pájaros con lazos de crin de caballería, con liria y con luz artificial y paleta o por poner trampas de alambre con alúas[32].
Pero si hubo casos de guardias que actuaron de manera no muy ortodoxa aprovechándose de las circunstancias y del uniforme (del que no eran dignos de llevar) en épocas en las que la dignidad de una gran parte de la población era menospreciada por “las fuerzas vivas”[33], otros, la inmensa mayoría de los civiles, lo hicieron de acuerdo con la Ley teniendo en cuenta, en todo momento, los derechos y protección del prójimo y del entorno, participando en los actos sociales junto al resto de la comunidad y dejándose incluso la vida. Veamos algunos ejemplos:
El guardia Rafael Luque Pimentel, en un interesante artículo sobre la Guardia Civil en Fuente-
Pero como en todos los colectivos, el de la Guardia Civil no ha estado, ni lo está, exento de anécdotas, más teniendo presente que sus agentes vienen conviviendo durante más o menos tiempo en un mismo edificio compartiéndolo y, por lo tanto, son naturales las fricciones entre los chiquillos, mujeres e, incluso, entre los propios guardias. Un ejemplo bastante curioso ocurrió hacia el mediodía del 6 de junio de 1922 al llegar de correrías la pareja compuesta por Manuel Moral Murillo y José Rosco Fuentes y reprenderles el cabo Antonio Baena Molina. Al final corrió la sangre[34].
Otros guardias dignos de mención presentes en esa década (la de 1920) y en la siguiente en Fuente-
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(Lám 14)
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(Lám 13)
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Mas Pérez no ha sido recordado en la villa por su tarea periodística. En palabras de Andrés Jurado (ya citado), como guardia era recto en su proceder y amable en el trato, y como persona un humanista misericordioso, como ocurrió a fines de octubre de 1936 cuando los cadáveres de varios soldados republicanos muertos en combate eran porteados a lomos de unas bestias camino del cementerio y que, ante el paso de los muertos, el gentío les insultaba con palabras malsonantes e incluso les tiraban de los pelos, a lo que Pérez Castillo les reprobó tales conductas diciendo que “todos los difuntos son sagrados y se deben tratar con el máximo respeto, fueran de las ideas que fueran”.
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Los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil se caracterizaron por los singulares contactos que mantuvieron la Guardia Civil[41], la Junta de Clasificación Local[42] y los Tribunales Militares de Clasificación de Córdoba, Jaén y Málaga (Leg. 59). Y cuando la vida comenzaba a normalizarse en tiempo del cabo Antonio Agudo Sánchez[43], Fuente-
(Lám 16)
(Lám 17)
(Lám 18)
Sobre las 4 de la madrugada del 26 de diciembre de 1946, alertados por Manuel Pareja Ávalos (ap. Manuel El de Alejos[45]), la compañía de la Guardia Civil de Baena al mando del capitán Pedro Cabeza Melchor se presentó en Fuente-
Una vez que el cabo Antonio Agudo Sánchez se trasladó a Huelva en 1947 (Leg. 63), ocupó su lugar el cabo Antonio Chumilla Navas, situado en las antípodas de aquél.
Desde su llegada tuvo un lema: expulsar de Tójar a todo vago y maleante, pero lo que consiguió fue echar a la mayoría de la gente trabajadora y emprendedora del pueblo[49] valiéndose, para ello, de cualquier medio a su alcance, haciéndole la vida imposible a las personas más necesitadas y a todo aquel considerado “rojo”[50].
Le siguió como Comandante de Puesto el cabo José Antonio Martín Ruiz (ap. Retamero). Con él comenzó a soplar tímidamente aires libertad[51]. Le sustituyó Juan Sánchez Molina (ap. El Beato, por su gran amistad con el cura don Miguel Huertas). Después llegó Jacinto Aguilar Campos, a quien relevó Francisco Pazo León.
Cuando este último se hizo cargo del Puesto, los informes que traía sobre Fuente-
Desde que la Fuerza destinada en este pueblo comenzó a abrirse tímidamente a la comunidad, los tojeños le correspondieron de igual manera (Lám. 18) eso sí, guardándose las distancias precisas y respetando cada parte a la otra sin olvidar el rol social de cada cual en el entorno. Atrás quedaba la macabra idea, por ambos lados, de verse como “supuestos enemigos a los que había que combatir” [54].
(Lámina 19)
(Lámina 20)
(Lámina 21) (Lámina 22)
(Lámina 23)
Quizá el acto público más notorio (con sus pros y sus contras) que se ha venido celebrando conjuntamente (guardias y población civil) sea el de la celebración del Día de la Patrona cada 12 de octubre: verdadero acto de convivencia -
(Lámina 24)
(Lámina 25)
(Lámina 26)
(Lámina 27)
(Lámina 28)
(Lám29)
(Lám30)
(Lámina 31)
(Lámina 32)
(Lámina 33)
Pero no sólo ha sido ese el único acto de celebración conjunta, miembros de la Benemérita estuvieron presentes en inauguraciones (Plaza de Abastos, ya citada), aperturas de cursos escolares (Lám. 25), procesiones (Láminas 26-
Sirva este segundo trabajo como reconocimiento, una vez más, al meritorio Cuerpo de la Guardia Civil y, en particular, al Puesto de Fuente-
BIBLIOGRAFÍA
A. G. M. I.: Archivo General del Ministerio del Interior de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil , Madrid (A. G. M. I., EXP. 174.702, fechado en Madrid el 7-
A. H. M.: Archivo Histórico Municipal de Fuente-
A. J. P.: Archivo del Juzgado de Paz.
A. P.: Archivo Parroquial de Fuente-
A. R. C.: Archivo del Registro Civil (L. N.: Libro de Nacimientos; D.: Diligencias).
ALCALÁ ORTIZ, Enrique: “Fuente-
ap.: alias, apodo.
ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS: LEIVA BRIONES, F. (1995): “Donan una imagen de la Virgen del Pilar”. En Diario Córdoba, pág. 16. Ídem (1996): “ La Guardia Civil detiene a un expoliador en la zona arqueológica de Las Cabezas”. En Diario Córdoba, pág. 18 (22-
c.: aproximadamente.
Cf. o vid.: compárese o véase.
f.: folio.
H. S. Br.: Hoja de Servicios de Francisco Bracero Ruiz (facilitado por A. G. M. I.: Archivo General del Ministerio del Interior de la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil , Madrid. Fecha 8-
Leg.: Legajo.
LEIVA BRIONES, F. (2003): “Tesorillo hispano-
LEIVA BRIONES, F. (2006a): “SVCAELO, ciudad misteriosa”. En Boletín de la Asociación Provincial de Museos Locales de Córdoba, 6. pp. 153-
LEIVA BRIONES, F. (2006b): “Testimonios materiales de la Guerra Civil Española (1936-
LEIVA BRIONES, F. (2011): “ La Guardia Civil en Fuente-
LEIVA BRIONES, F. LEIVA FERNÁNDEZ, N., LEIVA FERNÁNDEZ, J. N. (2005): Letreros latinos procedentes de Iliturgicola (Fuente-
MORENO y MORENO, ANTONIO (2010): “El Guardia de Primera Clase, un cargo con historia”. Rvta. Guardia Civil, 791, pp. 75-
p. e.: por ejemplo.
PIMENTEL LUQUE, RAFAEL (2007): “Un siglo de guardias civiles en Fuente Tójar”. En Rvta. de la Guardia Civil , 754, pp. 77-
PIMENTEL LUQUE, RAFAEL (2008): “Un guardia periodista en el cuartel de Fuente Tójar”. En Rvta. de la Guardia Civil , 772, pp. 74-
ROBLES RUIZ, JESÚS (2009): “Uniformidad y equipo de la Guardia Civil (I). Historia de sus emblemas, botones y chapas de cinturón”. Rvta. Guardia Civil, 783, pp. 70-
AGRADECIMIENTOS POR LAS FOTOS: Nuestro agradecimiento a don José López Ocaña por habernos cedido la foto nº 3. A don Gregorio Pérez Madrid por la foto 8. A doña Josefa Ortega por la 10. A don Rafael Pimentel Luque por las fotos 13 y 15. A la familia Sánchez Osuna por la foto 18. A don José Calvo Leiva por la 26. Al equipo del SEPRONA de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba por la 32.
FE DE ERRATAS: Probablemente, el guardia que aparece en la Lám. 4, pág. 259, de nuestro trabajo del año pasado, publicado en esta misma Revista, sea el cabo Bracero Ruiz y no el cabo Baena Molina.
[1] En este trabajo ampliamos lo publicado el año. Nuestro agradecimiento, una vez más, a la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil , Sección del Archivo General del Ministerio del Interior. De suma importancia nos han sido los datos que hemos recibido -
[2] Vid EXP. 174.702, f . 1. Cf. LEIVA, 2011: 263, nota 1. La primera vez que se menciona a la Guardia Civil en Fuente-
[3] Cf. Leiva, 2011: 253-
[4] Aunque, como veremos en otro lugar, la dotación no incluía números del Arma de Caballería.
[5] Pensamos que las siglas representan a la Guardia Cívica , ya que no aparece ni la corona real ni la mural. Cf ROBLES RUIZ, 2009: 75, en donde señala: “El mariscal de campo Segundo de la Portilla y Gutiérrez que ejerció el mando de la Guardia Civil nada más que unos meses, en enero de 1874 ampliaba una disposición dirigida a todos los mandos subordinados, que por orden del Gobierno de la República fuesen también suprimidos todos los signos exteriores que representasen la Monarquía , tanto en la botonadura del uniforme como en la chapa del cinturón y mantilla para la gala de los caballos, debiéndose bordar en todo el equipo citado la corona mural encima del escudo”.
[6] La primera vez que se señala que el Ayuntamiento paga por encalar la Casa-
[7] En 29 de julio de 1900 era cabo Juan Baena Gordo. Intervino en el Acta de constitución de la Junta Municipal del Censo de población. Le sustituyó el cabo Pedro Gómez Catalán (Leg. 18).
[8] Total, 21 personas. Los nombres de sus esposas e hijos (y con la misma permanencia en el pueblo que los guardias), respectivamente, eran: Inés Gil Huertas, Dolores, Manuel (todos de Pilas) y Belén (de Aznarcóllar); Rosario Viudez Orejuela, Manuel (éstos, de Baena. Manuel fue guardia en El Esparragal. Vid: L. B. 14, f: Custodia de Santa Flora y María Barea Galisteo, nacida el 27-
[9] La primera vez que aparece en Fuente-
[10] Cf. LEIVA, 2010: 259, Lám. 5.
[11] En 1938 esta calle cambió su nombre por Capitán Cortés; sin embargo, en los padrones que se hicieron desde ese año hasta la llegada de la Democracia constaba que la Casa-
[12] “Viva V. E. muchos años” fue la fórmula que sustituyó durante la República a “Dios guarde a… muchos años”.
[13] En bastantes ocasiones sólo se anotaba en la receta “Guardia Civil”. Entre 1936 y 1956, las medicinas se facilitaban por doña Isabel Barbero Clemente en la farmacia de la que era titular y que se ubicaba en la calle de La Cruz , 8, en el mismo edificio en que estuvo la Casa-
[14] Cf. Libro de Actas de Sesiones nº 68, f . 37v y 38.
[15] La finca estaba libre de toda carga o gravamen y fue inscrita en el Registro de la Propiedad de Priego, en pleno dominio a favor del Estado Español, en el f. 126v del Libro 44 de Fuente-
[16] Este escrito se notificó a la Alcaldía el 19-
[17] La jurisdicción actual abarca una extensión de casi 125 km 2 y coincide por algunos lugares con los límites que en su día tuvo la ciuitas de ILITVRGICOLA (Las Cabezas, Fuente-
[18] En cierta medida, nosotros participamos calculando la superficie de la demarcación.
[19] Eran todos guardias segundos y se hallaban en situación de desplazados.
[20] Éste en calidad de soldado Caballero Mutilado. Fue guarda rural.
[21] Sólo anotamos cabo o sargento, si no es así, se entiende por guardia 2º.
[22] Es el primer Guardia Civil natural de Fuente-
[23] Éste y el siguiente formaron plantilla en El Cañuelo, aldea compartida entre Priego y Fuente-
[24] El matrimonio se había celebrado en tiempos del malogrado párroco don Manuel Arenas Castro.
[25] Francisco Bernardo Bracero Ruiz nació en Fuente-
[26] Aquí hacemos una excepción por ser la primera persona, hija de Guardia Civil, que es bautizada en la Parroquia de Fuente-
[27] Las principales denuncias presentadas lo fueron por pastoreo, hurto y por caza furtiva (en cualquier caso, sólo pondremos unos ejemplos), pero los agentes también intervinieron por otros hechos: accidentes de tráfico (choque de camiones), en delitos por agresiones (entre familiares, lesiones graves, por atentado y lesiones), amenazas (con pistola y ademanes), atentar contra el Orden Público (embriaguez y riña, por blasfemar contra el Santo Nombre de Dios y haber ofrecido resistencia a los agentes), búsqueda y captura, estafa, estupro, huidos, hurto y lesión, muerte (suicidio, muerte y robo a mano armada, muerte casual, suicidio por suspensión, accidente y ser sepultado en una terrera, lesiones y muerte e inducción al suicidio), riña (cogiendo alcaparrones, por riña e injurias livianas, por riña en la Plaza de Abastos), venta de bebidas alcohólicas y por violación en grado de tentativa. Los partes de dichas denuncias se presentaban en el Juzgado de Paz tojeño, en cuyo Archivo se conservan. El Juez emitía el veredicto.
[28] Entre la gente de edad mediana señalamos el caso de una mujer de 38 años que fue denunciada el día 22-
[29] En realidad, lo que hacía la gente llana era rebuscar, ya para vender el fruto, ya para consumirlo aderezado o conseguir aceite. En alguna que otra ocasión, durante los interrogatorios, los infractores, en primer lugar decían que eran aceitunas rebuscadas… después “confesaban” que eran robadas. De cualquier forma, sólo por el hecho de estar rebuscando cuando aún no hay autorización para ello, es delito. Las aceitunas intervenidas iban a parar al olivarero supuestamente damnificado o a alguna almazara del pueblo o de su término. La última intervención relacionada con el hurto de aceitunas se produjo el 1-
[30] Había mucha picaresca en lo de llevar perros sin tanganillo. Los infractores decían “que los perros se habían escapado de casa… que era para ahuyentar a conejos y liebres que se comían las hortalizas… De todos los casos, un hecho fue muy nombrado en Fuente-
[31] El 12-
[32] En 1921, el cabo Antonio Baena Molina y el guardia José Rosco Fuentes intervinieron 29 pájaros a dos mujeres en el momento que se disponían a venderlos por las calles de esta población diciendo que los habían cazado sus maridos con luz artificial, por no haber trabajo donde invertirse. En 1957, la pareja que recorría la zona por el paraje denominado La Loma Arenas se llegó hasta el lugar en que descansaba el jornalero P. G. Z y viendo que en la capacha llevaba varias trampas empaquetadas, uno de los guardias M. T. P.) le preguntó que qué iba a hacer con ellas, a lo que el jornalero contestó que pensaba ponerlas a fin de poder coger algún zorzal para alimentar a uno de sus cinco hijos que se encontraba enfermo y muy débil. El guardia no se vino a razones de ningún tipo y obligó a P. G. a que las rompiera con la azada. El hijo de P. murió poco tiempo después. Historia ésta muy distinta a otra ocurrida por el mismo tiempo en la que la pareja de guardias (A. R. A. y J. A. G.) sorprendieron en el paraje de La Renta a T. G. con una capacha llena de pájaros. El trampero confesó que eran para el consumo de su hermano que estaba enfermo y si le sobraban venderlos para poder adquirir medicinas. Los guardias no mediaron más palabras. En este y en otros casos, conociendo los guardias las condiciones familiares en que se hallaban “los furtivos”, se hicieron los despistados, ello, tal vez, porque sabían que personas influyentes (Secretario del Ayuntamiento, concejales y falangistas) cazaban con reclamo cuando les venía en gana o desde puestos fijos (olivos, tollos…) mataban las perdices que inocentemente se acercaban dirigidos por otros cazadores montados en bestias. Sin embargo, hubo otros casos en que los guardias se pasaron de raya, pues después de humillar a los tramperos haciéndoles comer algunos pájaros con plumas, se llevaban el resto para su propio consumo.
[33] Consecuencia de lo que venimos diciendo eran unas sarcásticas coplillas cantadas por el pueblo, venían a decir así: Desde Jumilla a la Arminilla , // pasando por Alcalá, // no hay más que hierbajos chungos, // casas viejas y espinos con maldad. // Si salieras por los campos, // aunque sea a bichear, // guárdate bien de los picos // cuando los veas brillar // pues si te pillan con trampas // te jartarán de guantás, // y los pájaros con plumas // te los tienes que jalar. // Si pillan rebuscaoras // con las esportillas llenas, // se las llevan al cuartelillo // y les cortan las melenas. // Si sales con tu cabrilla, // ponle mu fuerte el bozal, // átala bien con la guita // que no se vaya a escapar, // que como te coja esa gente, // la multa está asegurá, // y al probe de tu viejo // ¡la que se le va a liar! // Que no es igual ser un cabrerillo // que de un rico zagal. // El primero, desgraciao, // vista gorda, a los demás. // Porque aquél lo que suerta // es miserie y na más, // mientras los ricos regalan // la manteca colorá, // los chorizos, las morcillas // y la carnaca salá, // los güevos, gallos y chivos, // y, de postre, mostachá.
[34] El Comandante de Puesto les dijo que se habían retrasado una hora, a lo que Moral contestó al superior que sólo habían sido 5 minutos añadiendo “que la tenía tomada con él”. El cabo les ordenó que se retiraran, cosa que hizo Rosco, pero no Moral, que permaneció en el lugar, encendió un cigarro, sacó su pistola de reglamento y, al tiempo que gritaba “se acabó”, disparó a Baena hiriéndole en una rodilla. Salió a la calle y continuó disparando al guardia de puertas y al Cuartel lesionando al que había sido su compañero en el servicio. Acto seguido entró en el Cuartel, se encerró en su habitación y se disparó con su pistola en dos ocasiones hiriéndose en la mejilla izquierda y debajo de la barba saliéndole el proyectil por el pómulo izquierdo. Como consecuencia de ello cayó desvanecido, momento que aprovechó su mujer para quitarle el arma. Los tres heridos fueron trasladados al hospital del pueblo, en donde recibieron asistencia por el médico. Las heridas de Antonio Baena y José Rosco fueron calificadas de pronóstico reservado, mientras que las de Manuel Moral de gravísimo (noticia recogida el día 8 de junio en el diario CÓRDOBA, nº 31.907). Sin embargo, testigos de los hechos de aquel entonces nos comentaron que había sido “un ajuste de cuentas, ya que detrás había asuntos de faldas” ¿?.
[35] En palabras de Andrés Jurado Cuenca, hijo del Sacristán en aquel tiempo.
[36] Por su importancia lo transcribimos íntegramente: La “Gaceta” publica una disposición autorizando la práctica de excavaciones en la antigua ciudad de “Las Cabezas”, cuyo origen aún se desconoce a juzgar por los diferentes objetos y monedas que en el transcurso de los tiempos se han venido encontrando los jornaleros del agro en las faenas propias de sus trabajos, y cuya ciudad, está enclavada en el término municipal de Fuente Tójar. // Muchos hombres han dirigido sus pensamientos hacia ese lugar en la posible creencia de que “allí había algo”, pero nadie dió nunca un paso decisivo para comenzar la práctica de unos trabajos que conforme a sus cavilaciones dieran resultado apetecido, previa la intervención, claro está, del Gobierno. Así han ido pasando los días, los meses y los años, y “Las Cabezas” continuaba oculta en las entrañas de la tierra, sometida a la acción devastadora del tiempo que después de ir destruyendo las riquezas arqueológicas que encierra, un tanto compasivo iba mostrándole a los hombres sus tesoros mediante la intervención del arado. Así, ayer salía a descubierto las líneas de una calle, más tarde eran halladas monedas, esculturas, capiteles, columnas, sepulturas y lápidas, hasta que hoy están a la vista las huellas fehacientes de una ciudad que tuvo relativa importancia en la Historia ; una mano poderosa, una inteligencia sublime y un interés decisivo se acumuló entusiástamente en este estado de cosas y vino a resolver y practicar en su momento la diáfana comprensión lo que siempre estuvo sometido a las tinieblas: S. E. el Jefe del Estado Español que vela por las ciudades, por los pueblos y las aldeas, se interesó por el asunto de modo extraordinario, cuando tuvo presente la ocasión.// Un día, hace un par de meses, el vecino de esta localidad José Matas Moral, dueño de una pequeña parte de terreno del que ocupa “Las Cabezas”, en ocasión de estar retirando de la misma un majano, descubrió una lápida de mármol negro con una inscripción romana; un vestigio claro de lo que aquello es y lo que allí hay. En aquella ocasión se encontraba pasando unos días en su finca “ La Ginesa ”, S.E. el Presidente de la República , y aprovechando esa ocasión el poseedor de la lápida se la llevó al Jefe del Estado, el que al verla mostró un entusiasmo singular por el hallazgo, interesándose vivamente por ella. // No podía por menos S. E. dado sus grandes conocimientos en esta materia, echar en olvido el asunto y en un rasgo más de los muchos suyos, de generosa protección a la Historia y al Arte, unida a su pueblo y colindantes, y debido a ello, al regresar S. E. a Madrid, hubo de mandar a un Delegado de Ministerio de Instrucción Pública, para que hiciera las investigaciones propias que el caso requería. // Después han pasado unos meses y ya, como al principio decimos, la “Gaceta” nos brinda hecho realidad lo que siempre fué un sueño. Dos ventajas grandes proporciona esa disposición: una, colocar indudablemente a Fuente Tójar, una vez descubierta esa ciudad, en una ruta de turismo que haga de este rincón un pueblo de encanto y de leyenda, mostrando al forastero y al turista una joya más de las muchas que atesora al solar hispano; y la otra ventaja, es la de proporcionar trabajo a unos cuantos obreros ha tiempo parados, que siempre ostentaron el honroso título de trabajador. // J. Pérez Castillo // Fuente Tójar, Diciembre, 1933 (Cf LEIVA: 2006a, 153-
[37] Así lo deducimos por la denuncia que presentó Luque el 3 de mayo contra Mª Natividad Jurado López por infringir una Orden Municipal vendiendo 4 litros de vino dos días antes a los vecinos Antonio Jiménez y Francisco Hidalgo, quienes provocaron desórdenes en la localidad (Leg. 53).
[38] Cf LEIVA: 2006b, 289-
[39] Se cuenta que permitían al personal civil recoger leña, rebuscar y espigar en zonas de retaguardia, incluso talar y coger aceitunas, almendras, higos, etc. delante de las trincheras indicándoles a los soldados que no disparasen.
[40] El transporte de detenidos también se efectuó a diferentes lugares los días 13 de mayo (este día se acordó pagar 44 pts . de una @ de vino para que la Corporación festejara la Victoria ), el 20 de mayo, el 19 de agosto… Vid Actas de las Sesiones de esos días y meses de 1939 (Leg. 58).
[41] La actuación de la Guardia Civil estuvo en consonancia con la situación sociopolítica emanada de la Dictadura franquista y que tuvo como primer objetivo el control de la población y sus movimientos, sobre todo si eran “rojos”, y por ende, desafectos al Régimen, combatieran o simplemente estuvieran en la Zona Republicana ; si bien, tampoco escaparon de la vigilancia “aquellos que lucharon por la Patria ”. Finalizada la Contienda , y una vez que iban llegando los hombres desde la llamada “Zona Roja”, lo primero que se les hacía, sin importar la edad, era conducirlos al Cuartel de Falange y al de la Guardia Civil , en donde se les interrogaba, obligándoles, cuando no a reclusión en el primer sitio, a presentarse varias veces al día en el segundo. Por la dureza en el trato por parte del cabo Abad y de los falangistas, malos recuerdos guardaron, entre otros, Adriano Valencia Quero (ap. Maceo), Miguel Nocete Ariza (guardia de asalto), Antonio Salazar Escobar (sargento republicano) y Primitivo Vadillo Pérez, que acabó suicidándose en el Cuartel de Falange. A veces, la Guardia Civil actuó movida por las falsas acusaciones que le llegaron. Un caso fue el de Antonio Huertas Madrid. Éste nos contaba “Después de la guerra, ingresé en el Batallón Disciplinario Nº 8 en el Campo de Gibraltar, donde cumplí mi Servicio Militar hasta que destituyeron al Batallón en el año 43 y me pasaron al Regimiento de Pavía Nº 2. (…) De veinticuatro batallones que había en el Campo de Gibraltar, me premiaron con diez días de permiso para que los disfrutara donde yo quisiera, como mérito a tener el número uno en comportamiento. Orgulloso vine a Tójar. Se me denunció a la Guardia Civil como desertor del Ejército. Me encontraba en el bar de Casiano y vino un guardia y, a punta de pistola, me llevó al Cuartel. Al llegar, me preguntó el Comandante de Puesto (año 1941) que qué clases de documentos y medios había utilizado para estar aquí. Presenté mi pasaporte que decía, bien claro, el porqué me habían concedido el permiso y a qué partes de España podía ir. Entonces me dijo el cabo que si me había llamado la atención había sido por un error ajeno a su voluntad, que me fuera donde creyera conveniente. Que me fuera a donde me diera la gana, a donde me saliera de los cojones, que a él no le importaba nada mi vida privada”. Otros casos no resultaron tan felizmente.
[42] Compuesta principalmente por Antonio Ortega González (Alcalde y falangista), José Cano Luque (Jefe Local de Falange, ap. Pepico), José Alba Ruiz (falangista, ap. Pepillo Acelgas) y Miguel Ávalos Huertas (Sacerdote y falangista).
[43] Ya citado. Aún se cuenta de él que era todo un señor, fiel cumplidor de sus deberes y correcto en el trato. El 25-
[44] Por sus causas, desarrollo y consecuencias merece un capítulo aparte. Hoy hacemos un resumen.
[45] A decir por la totalidad del pueblo, la persona más malvada de las que han existido. Jugó a dos bandos llenando a la villa de dolor. Nadie se lo perdonó. Fue quien delató en Córdoba a Pablo Moral Alba. Se fue a Córdoba y nunca más volvió a su pueblo. Dicen que murió de una forma muy desagradable sin poder hablar.
[46] Josefa Briones, que tenía la capacidad mental mermada, iba envuelta en una manta desde su domicilio hasta la casa de su hijo. Cayó mortalmente herida (abatida, probablemente, por un guardia civil conocido por el Lucentino) en medio de la calle, a pocos metros de donde lo hiciera César Robles. Tenía por apodo La de Pichici. Francisco Muriel y Miguel Alcalá eran de Alcaudete. Uno de ellos era un chaval desconocedor del terreno. Lo cogieron en la zahúrda de una casa a las afueras del pueblo. Después de interrogarle el capitán, le dijo que se marchara. Acto seguido le aplicaron la “Ley de Fuga”. José María Leiva (ap. El de la Yoya ) era de complexión gruesa. Murió tras pasar el callejón de Villarta. Manuel Sánchez Nocete (ap. Tejero) fue conducido desde su domicilio y obligado a ir a casa de su hijo pidiéndole que abriera la puerta, momento en que murieron los dos y el otro de Alcaudete. Uno de los guardias heridos fue como consecuencia del enfrentamiento -
[47] Había llegado a Fuente-
[48] Brenes era hermano de Pablo Moral Alba (El Quemao). Este último estaba implicado en el “asunto” y moriría después, cuando dos guardias le conducían desde Córdoba a Fuente-
[49] Uno de los exiliados fue Francisco Alba y Alba (ap. Chaleque). Este señor, para poder vivir, se dedicaba a extraer piedra de yeso de las canteras para, una vez molido, venderlo. Su pequeña industria le iba bien, hasta que los gobernantes de turno y sus familiares construyeron otra. Y… ¿Quién compraba a Francisco?... Por temor, nadie.
[50] Se cuentan de él muchas cosas, ninguna buena: Que si era un sádico enfermizo y que gozaba dando palizas a los hombres y pelando a las mujeres. Que por las noches salía de ronda y llamaba a la casa que le venía en gana ordenando que se asomaran los varones a las ventanas, y si no era así, decía a la mujer y/o a la madre que al día siguiente se presentaran “a lista” en el Cuartel. Que a los chiquillos que cogía rebuscando o cogiendo leña, después de derramarles lo acopiado, les mandaba que dijeran a sus padres que fueran al Cuartel para ajustar cuentas. Que sólo era amigo de los ricos, de los tenderos y de los dueños de las almazaras, a los que les vendía capachos (era representante). Y cuando se jubiló y fijó su residencia en Priego, más de una persona de aquellas que fustigó fue en su busca y, de igual a igual, “ajustaron las cuentas pendientes”.
[51] Se guarda buen recuerdo de este cabo. Sin embargo, cuando llegó venía con malas referencias sobre Fuente-
[52] Fui testigo de un hecho ocurrido la primera noche que pasó en el pueblo. Después que hubo despachado con su predecesor en el cargo, y estando descansando en una pensión, por orden de Jacinto le fue comunicado, a través de Manuel Alcalá (Guardia de Puertas), que la villa estaba alborotada, las calles llenas de personas armando jaleo con los instrumentos más insospechados… Por lo que se presentaron el guardia (repartiendo leña) y Pazo (sorprendido) en medio de la gente (de toda clase, edad y sexo) ordenando a quienes cogió más cerca que le acompañaran al Cuartel. Serían unas 20 personas. El primero que entró a declarar fue Rafael Aranda Sanz (un muchacho de 13 años, de profesión herrero), al que, después de interrogarle le mandó que saliera de la Sala de Armas. El segundo fue Benjamín Martín Ruiz (maestro de Escuela, ex-
[53] Tal es así, que aún hoy siente vergüenza cuando comenta que “En toda mi vida profesional sólo di un pescozón a una persona ebria que estaba armando jaleo en el bar La Cañá de El Cañuelo, con tan mala fortuna, que se deslizó por una linde. No le ocurrió nada. Pero me duele”. Esto le honra.
[54] Prácticamente, desde Pazo vienen dejando grato recuerdo en la población, tanto los Comandantes de Puesto (cabos o sargentos) como los guardias, y si llegó algún “sujeto raro”… se le dio de lado.
[55] En los últimos 8 años, los equipos de Gobierno Municipal de Fuente-
[56] Por todo ello, en 1989, La Guardia Civil del Puesto de Fuente-
LEIVA BRIONES, F. (2012): “La Guardia Civil en Fuente-